Larre-Gain (Hernani): Abril 15, 2017

Decidimos ir mano a mano los más habituales (hemos pasado de 13 el jueves a 2 el sábado) a una de nuestras sidrería favoritas para cerrar la temporada 2017 y el XX aniversario de IV Sagardo Bira.

Asistentes: Edu y Nesss

Previo

La semana de pasión de Nesss va dura, y eso se nota. Tras dos días de borrachera continua con Albrt, toca otra sidrería a mediodía. El hígado está para foie... Insiste para que Albrt se venga también de sidre, pero (por fortuna o no) no lo consigue. En el Garin Edu recibe la pregunta clásica de si quiere el kalimotxo txiki a mano o a máquina (elije a máquina, pero a la hora de cobrar, cobran como si fuera a mano). Algún trago más no señalable y vamos a esperar al bus. En la parada está el bus que va a casi todas las sidrerías de Hernani. También unos chavales vestidos de deportistas. Empieza a llegar más gente. Se va el bus que estaba justo cuando llega el que esperábamos... todos!! casi lo llenamos, pero espera cinco minutos de más y luego nos lleva de turismo camino de Urnieta, para acabar subiendo a Larre-Gain por el camino correcto, que por primera vez vemos de día. Tras no despeñarnos por la cuestecita, llegamos, bajamos del bus y, aunque está lloviendo con ganas, tiramos unas fotos antes de entrar; una pena que esté nublado pues desde aqui se ve Igeldo, la isla, y Urgull. Nesss imita a un perro en cuclillas (se ve que en Mondra los perros no van a cuatro patas) y Edu malamente se asemeja a un esqueje saliendo del tronco hueco de un árbol; empezamos bien... Por cierto que nos confirman que el bus no regresará hasta las 18:00, jarrlll, habrá que ir xuave.

Sidrería

Mantiene la misma distribución que la anterior vez que estuvimos, y esto ya es una gran noticia en los tiempos que corren (¿para qué cambiar lo que está bien?). Nos en el extremo más cercano al pasillo de las kupelas en una mesa compartida con un matrimonio y su hija. Habíamos reservado para tres, pero se soluciona rápidamente quitando el cubierto sobrante. Enseguida nos ponemos a ritmo de beber y hablar con el jefe, que era quien abría las kupelas.

De comer, unas sorprendentes y riquísimas antxoas de Santoña para empezar, tortilla de bakalao jugosa para dos (pero no por ello escasa) y con cebolla bien pochada, bakalao mitad y mitad (cebolla y pimiento, tomate y pimiento) rico en sus dos variedades, y 1+1 txuletones con el suficiente tiempo entre ambos y el segundo de un tamaño elegido en crudo personalmente por Edu en las cocinas; de postre 2 tipos de queso muy bueno, nueces demasiado vascas, membrillo cortado en tiras oblícuas, y tejas y cigarros de Tolosa. Total, 75,80€ (unos 38€/cabeza) en una factura que costó llegar, estaba bien detallada pero nos olvidamos de inmortalizar. Nos cobraron dos menús y aparte el segundo txuletón que seguramente fue lo que encareció más la factura, por encima de la media pero que pagamos a gusto pues el ambiente y lo bien que lo pasamos no tenía precio.

Incontables txotxes en el pasillo de las 11 kupelas de bonitos nombres, cada una con el nombre de un tipo de manzana, aunque en realidad cada una posee sidra resultado de una combinación distinta de distintas variedades de manzanas; de hecho el jefe asegura a Edu que nunca ni nadie ha hecho sidra "bebible" usando sólo una variedad. Por cierto, muy castas estos de Larre-Gain: cierran el primer domingo de mayo, caiga como caiga, y caiga como caiga Semana Santa, ellos a lo suyo. Edu insiste una y otra vez en fotografiar la araña que merendaba colgada de los tubos rezumantes al final del pasillo de las kupelas.

Gente muy maja en general, muy buen ambiente a pesar de tanto joven mas sentado que de pie cumpliendo, tanto la familia con la que compartimos mesa, que resultaron ser del mismo barrio que Nesss, como la pareja catalana de los Diables de Terrassa (el corte pelo vasco de ella hacía que le hablaran en euskera), la cuadrilla de un chico y tres chicas de Legazpi y una de Zaragoza, El grupeto de la que se vistió más para una discoteca que para una sidrería, y la familia de vasco-valencianos con la niña que parecía nacida para llenar vasos al txooootx,... Edu le da su vaso multiples veces, incluido el último trago antes de marchar, y ella diligentemente los llenaba con un estilo perfecto, buenisimo... Al estar junto a la puerta de acceso a las kupelas, todo el mundo nos va avisando de cuando nos van trayendo los platos. Funciona el truco de no acabar los platos de golpe para que nos de tiempo a beber algo antes de que saquen el siguiente plato. Hay vaciles a cuenta del bakalao mitad con mayonesa y la otra mitad con ketchup. Edu tiene un rifirrafe sobre futbol (más por joder que por afición) con el vecino de Nesss, pero la sangre no llega al río. Hay quien incluso duda de si estamos comiendo, porque siempre nos ve junto a las kupelas. Y si que comíamos... aunque también es verdad que sobre todo bebíamos. A Nesss se le acumula todo el alcohol tomado desde el miércoles y durante las txuletas ya va flojeando con la comida pero aguanta con la bebida. Al final casi se nos hizo corto eso de coger el bus de vuelta a las 18:00. Al subir al bus nos damos cuenta de que no habíamos pagado ni la ida, y al acercarnos a la cocina de la sidrería a cumplir, Nesss asusta al chofer al que se le caen todos los tickets. Justo antes de subir al bus, Edu se escapa para tirar las fotos finales hacia Donosti (con el cielo ya más despejado), y luego bajamos a tumba abierta hasta que nos deja el bus en Zinko-enea.

Epílogo

Al llegar a Hernani los jóvenes de la sidre entran en el Zumitza que está petado, pero nosotros nos vamos al Garin a tomar sendos kalimotxos de máquina. Nesss solicita retirarse a sus aposentos y es que el efecto Meyer desde el jueves ha conseguido que a Nesss le salga el espíritu de Lennon por los poros; luego descubriría que su txamarra ha pillado peso por la cantidad de nueces que le ha metido Edu. Este se toma un kalimotxo más en el Zumitza para ver como los jóvenes se emponzoñan bebiendo kubatas y escuchando música kutre, y luego se retira. Ambos dormimos varias horas... y es que vaya ritmo que pusimos en la sidre, sin duda un final de temporada de categoría.